Se trata de una enfermedad exantemática (lesiones cutáneas)
que se produce por los virus Coxsackie A 16 y Enterovirus 71, presentándose
principalmente en niños menores de 10 años, aunque puede presentarse en adultos.
Transmitida por saliva, moco, líquido de las vesículas y evacuaciones. Con un
período de incubación de 3 a 7 días, sin dejar secuelas, huellas o cicatrices
cuando desaparece en aproximadamente 7 a 10 días.
Los signos y síntomas de la enfermedad consisten en un
inicio en fiebre, malestar general, ligero dolor abdominal y/o síntomas
respiratorios leves los primeros dos días; posteriormente apareciendo vesículas
en la boca que rápidamente se convierten en úlceras, además de vesículas cutáneas
en palmas, dedos, plantas y ortejos (dedos de los pies). Las vesículas cutáneas se encuentran en un
número muy variable. Durante la resolución de la enfermedad se forman costras
muy pequeñas, hasta desaparecer por completo en 7 a 10 días, sin dejar secuelas
como cicatrices; las recurrencias suelen ser raras. Una complicación muy rara puede ser una
meningitis viral o aséptica y la encefalitis, por lo que se deberá prestar
atención especial a la evolución de la enfermedad por un profesional médico.
El tratamiento consiste en controlar los síntomas, ya que al
ser un proceso viral habitualmente benigno, desaparecerá la enfermedad por sí
sola. Se deberá dar un correcto manejo por el Pediatra de la fiebre y el dolor,
ya que produce muchas molestias en el niño debido a que las úlceras son muy
dolorosas y la lengua puede estar edematizada (aumentada de volumen y sobre
todo en los lactantes y prescolares, disminuye la ingesta de alimentos. Dependiendo
de la edad se podrán indicar preparaciones anestésicas locales o en forma de
enjuagues y el analgésico más adecuado; el uso de Aciclovir se considera una
medida ineficaz al igual que otros antivirales. Se recomendará el consumo de
alimentos líquidos o alimentos de textura blanda fríos o frescos, evitando los
cítricos o bebidas ácidas y condimentos fuertes.
Al ser una enfermedad altamente contagiosa de niño a niño,
sobre todo en guarderías y preescolares, es indispensable la separación de
cubiertos, platos, el lavado de manos y uso de gel, evitar besos, aseo correcto
de mano de la persona que cambia los pañales y desinfectar objetos y áreas
dónde haya tenido contacto el paciente. Es muy importante que los cuidadores
(papás, mamás, tíos, abuelos, etc.) al detectar alguno de los datos iniciales,
no lleven al niño a la escuela para
evitar más casos, y sobre todo, no automedicar a los pequeños.